miércoles, 24 de julio de 2013

El transporte público en Lima: los choferes

Viajo mucho en micros, combis y últimamente en el Metropolitano, no porque esté en mi ruta, sino por motivos laborales, viajar en él, es más rápido y directo. Aunque se sufre (sí, sufrir) viajando de pie un buen tramo, a veces toda la ruta, soportar empujones, desde que abordas la rampa de acceso para el bus (al menos en el centro de Lima, en la estación, así se dice no?..o es solo para el metro ??)... se hace difícil subir y hacer fila para esperar el siguiente bus. Gente que quiere bajar rápido, gente que quiere subir rápido.
Toda una odisea. Al menos en Lima, ciudad sobrepoblada y con transporte público al borde del caos, si es que ya no lo está.
De los buses y combis que viajo, siempre me sorprende los choferes, me pregunto si serán conscientes de la tremenda responsabilidad que tienen y conducen en sus manos, si saben que en sus manos están las vidas de muchas personas, que en los constantes viajes, de muchos de ellos dependen, causar o evitar un accidente. Es una gran responsabilidad. Algunos choferes, manejan como dicen ellos a la defensiva, cuidándose de no "chocar" no ser chocados, otro manejan que nos ponen al borde de la taquicardia, los que me ponen así, son los que "corretean" (en el argot microbusero) que quiere decir, así lo entiendo yo, hacer competencias, un gana gana, por conseguir más pasajeros, el "correteo" puede ser con buses de su misma línea o de otras líneas, pero que tienen parte de la ruta similar, es decir, "corretean" cierto tramo de la ruta y luego todo vuelve a la normalidad. Pero mientra dure el "correteo" es un trance difícil, que parece fuera a chocar con todo, asusta, desespera, te dan ganas de bajarte del micro e ir a pie a tu casa. Es de todos los días viajar asustada y encomendándose siempre a Dios. Por eso me pregunto, si ellos se dan cuenta que muchas vidas están en sus manos, en su destreza al volante, en su percepción visual. 
Una a veces quisiera leer y con el temor de la velocidad, a carreras, que nos llevan los micros (buses), no queda otra que aferrarse al asiento o al pasamanos (si vamos paradas), ya no se puede viajar y leer a la vez.
No recuerdo en que momento los buses empezaron a correr, hacer carreras, a lo mejor con la aparición en masa de las combis (llamadas combis asesinas, en su momento, por los accidentes que casi a diario ocasionaban), muchos preferían viajar en combis y no en los buses, "porque no corrían" es decir no hacían carreras. A lo mejor ahí se originó todo, choferes en muchos casos improvisados, sin licencias de conducir, algunos conducen en estado etílico, algunos muy jóvenes y muy irresponsables también. Cuando viajo en un bus y veo otro bus a mi lado, me concentro en la mirada del chofer, tiene la vista fija hacia adelantes y los costados, en sus espejos, parece que nada lo distrae, sus manos fijas en el volante, están listas para girar y sus pies en los pedales de frenos y acelerador, están en sus puestos y saltan cual danza, cambiando bruscamente de uno a otro. Me asusta más cuando corren y van cambiando de carril. Quienes hacen más esta maniobra, son las combis, esas si corren de manera atroz, como si el diablo lo persiguiera. A pesar de las regulaciones en velocidad por el ministerio de transporte, por los inspectores de transporte de la municipalidad de Lima, todo sigue igual. Los pasajeros sufrimos sustos y miedos al abordar estos vehículos y encima pagamos, para ser asustados y viajar al borde de la taquicardia. 
¿Cómo podría solucionarse esta forma de viaje?....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus palabras son bienvenidas